jueves, 11 de junio de 2009

Capítulo 2: La primera vez.


—Mamá, me voy a donde están los libros ahora vuelvo.—

Si, ahí estaba yo en el supermercado, de compras con la familia y como siempre me iba a donde los libros y la música. Novelas del sudario de Jesús, de los Templarios, de la guerra civil y entre todos el que me llamo la atención “El diario rojo de Carlota”, conocía esa serie de libros en el instituto a una clase les hicieron leer, se llamaba el diario violeta de Carlota. Me llamó la atención y me puse a leer el resumen del libro, mi sorpresa fue el leer que era de sexo, decidí comprarlo.

—Mamá, ¿Me lo puedes comprar?—se lo dije entusiasmada. Me pregunto de que era y le explique.

—Bueno, si a ti te gusta no me importa.— No me miró con cara rara, en verdad, ella sabe lo que me gusta leer así que, no le importaba la verdad de que el libro fuera de sexo. Nunca en mi casa se puso oposiciones a eso. Desde pequeña me han dado libertad para hablar de ello y nunca se ha demostrado pudor a ese tema a la hora de hablar.

Llegué a casa, subí corriendo directa a mi cuarto, me senté en la cama,me quite los zapatos y me deje resbalar por el filo de la cama para sentarme a leer. Ahí estaba, sentada con mi perro en mi regazo, abrí el libro, y comencé la lectura. Al leer esas paginas me iba metiendo en la historia, de tal forma que me quedaba impresionada la cantidad de información de la que yo no tenia conciencia de que existía. Creo que fue un libro que motivo mi interés aun más sobre el sexo, ya que su contenido era como muy cercano a mi. Es que la protagonista explicaba sus investigaciones sobre el sexo, enfermedades, respuestas a las preguntas más frecuentes, algunas eran así : ¿Puede una chica quedarse embarazada por penetración anal ?, ¿Duele la primera vez? O ¿Por que los chicos tienen disfunciones eréctiles?Así iba hablando de cosas que normalmente no tienes ni idea, porque nunca te comentan, pero están ahí. Todo esto acrecentó mis conocimientos, me ayudo aun mas a entender la sexualidad y me gustaba porque me abrió la mente de los tópicos que circulan libremente por ahí. Entre el libro y la profesora de ética el año anterior, me había convertido en una persona más liberal, dispuesta a probar lo que fuera y a practicar lo prohibido para unos y lo esencial para otros.

En esos días andaba muy espontanea con mi novio, aprovechaba cualquier momento para estar a solas con él. Estaba claro, le quería mucho pero me faltaba algo que no había ocurrido en 3 meses, largos meses sin nada de sexo. Creo que estaba preparada, para acostarme con él y sino hablando mal y pronto, quería follar ¡ya! Tenía ganas el cuerpo me lo pedía, entre que el libro me incitaba, y yo que tenía curiosidad por saber que se sentía el estar allí dejándome llevar por la lujuria, me ponía con dientes y garras. Pasaron los días y llegó el momento, el ansiado momento. Recordare ese momento, cómo si hubiera sido hace un momento; estaba en su cuarto, sentada encima de su cama, acababa de salir a la cocina a ponerme agua. Yo entre tanto me quedé sentada esperando, me dio el vaso y me bebí el agua mirándole. Entre tanto me ponia a tocarle para incitarle más con acaricias atrevidas, tan solo fue colocar el vaso en la mesita de noche y cuando me giraba no me dio tiempo a reaccionar, me tenia atrapada entre sus brazos. Fue un momento dulce porque en aquel momento sus labios acariciaban los mios como si no hubiera tiempo para intercambiar palabras, en ese momento lo único que necesitamos era estar el uno con el otro. De tantas caricias, llevó sus manos hacia mi camiseta y me la fue retirando mientras me besaba. Poco fuimos despojándonos de la ropa. Pero antes de seguir, se detuvo—¿Quieres seguir?—

—Por supuesto.— Mis palabras fueron rápidas y concisas.

Seguimos adelante, me acomodé y dejé que siguiera él sin más demoras. Sin dolor, no me lo podía creer ¡tan relajada estaba! Pues si me había dejado llevar y el momento más duro, que para cualquier chica puede ser lo había superado. Me dejaba llevar por sus movimientos, mientras me agarré con mis piernas en su espalda. Notaba como entraba y salía, el calor que desprendía de su cuerpo y la respiración me sumía en un mar embravecido que me hacia gritar de placer y eso le hacia perder los estribos he ir más rápido. Lentamente iba parando y me colocó encima suyo, me movía al tiempo que el marcaba con sus manos. Noté como sus manos me apretaban cada vez más el culo y me gustaba, es más sentia una ola de furor que me subía por el cuerpo haciendo hervir ¡…umm! aun puedo recordarlo. Luego bajo su pecho continuábamos, él me besaba el cuello, me lamia y me mordía los pechos mientras nos fundiamos en un cuerpo a cuerpo, como si de una lucha se tratara para ver quien iba a ganar el cuerpo a cuerpo; durante bastante tiempo estuvimos allí hasta que lleguemos al punto juntos, era diferente porque no era como cuando te masturbas, podías sentir como el cuerpo se relajaba aun más, la vagina se me contraía y aprisionaba su pene.

Cuando acabamos, se quitó el condón. Tras eso se quedó mirándome un buen rato, la verdad es que sobraban palabras como para decir que estuvo bien.Mi impresión era grata y me había gustado, veía mi cuerpo de una manera diferente, algo que dio fruto en mi un interés por el sexo muy grande y del que me siento orgullosa hoy en día.

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